Cáncer colorrectal


¿Qué es el cáncer colorrectal?
El cáncer colorrectal se origina en el colon o el recto. A menudo se agrupan como cáncer de colon o rectal, ya que tienen características comunes. Este tipo de cáncer surge cuando las células en el colon o el recto crecen de forma descontrolada.
El colon y el recto conforman el intestino grueso, parte del sistema digestivo.
La mayoría de los cánceres colorrectales comienzan con pólipos en el revestimiento del colon o recto. No todos los pólipos se vuelven cancerosos, pero algunos tipos presentan mayor riesgo:
Adenomas: pólipos precancerosos (tubulares, vellosos y tubulovellosos).
Pólipos serrados: SSP y TSA, con riesgo de convertirse en cáncer.
Pólipos inflamatorios o hiperplásicos: generalmente no son precancerosos.

Tipos de cáncer colorrectal
La mayoría de los cánceres colorrectales son adenocarcinomas, que se originan en las células productoras de mucosidad que lubrica el colon y el recto. Cuando se habla de cáncer colorrectal, casi siempre se refiere a este tipo. Algunos subtipos de adenocarcinoma, como el adenocarcinoma con células en anillo de sello, pueden tener un pronóstico más grave.
Otros tipos menos comunes de tumores en el colon y el recto incluyen:
Tumores carcinoides: Originados en células especializadas del intestino que producen hormonas.
Tumores estromales gastrointestinales (GIST): Surgen de células especializadas en la pared del colon, como las células intersticiales de Cajal. Algunos son benignos y no comunes en el colon.
Linfomas: Tumores del sistema inmunitario, que pueden originarse en el colon o el recto, aunque generalmente provienen de los ganglios linfáticos. Se incluye información sobre linfomas no Hodgkin en el sistema digestivo.
Sarcomas: Tumores que pueden originarse en los vasos sanguíneos, músculos o tejidos conectivos de la pared del colon y recto. Son poco frecuentes en estas áreas.

Causas y factores de riesgo
El cáncer colorrectal tiene varios factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar pólipos o cáncer. Estos factores se dividen en dos tipos: modificables y no modificables.
Factores modificables:
Sobrepeso u obesidad: Aumenta el riesgo, especialmente en hombres.
Diabetes tipo 2: Las personas con diabetes tienen mayor riesgo debido a los niveles altos de insulina.
Alimentación: El consumo excesivo de carnes rojas, procesadas y cocinadas a altas temperaturas incrementa el riesgo, mientras que una dieta rica en frutas, verduras y granos enteros lo reduce.
Fumar: Fumar aumenta el riesgo de cáncer colorrectal y pólipos.
Consumo de alcohol: El alcohol, incluso en cantidades moderadas, está relacionado con el cáncer colorrectal.
Factores no modificables:
Edad: El riesgo aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años.
Antecedentes étnicos y raciales: Las personas nativas americanas, afrodescendientes y judíos asquenazíes tienen un mayor riesgo.
Género: Los hombres tienen mayor riesgo de mortalidad.
Colecistectomía: La extracción de la vesícula biliar puede aumentar el riesgo de cáncer en el lado derecho del colon.
Antecedentes personales: Tener pólipos adenomatosos o haber tenido cáncer colorrectal aumenta el riesgo de nuevos cánceres.
Enfermedad inflamatoria intestinal (IBD): Aumenta el riesgo, especialmente si no se trata.
Radioterapia previa: La radioterapia abdominal o pélvica aumenta el riesgo de cáncer colorrectal.
Antecedentes familiares: Un familiar cercano con cáncer colorrectal o pólipos adenomatosos eleva el riesgo.

Detección temprana y síntomas
Para personas con riesgo promedio: Se recomienda comenzar las pruebas de detección a partir de los 45 años, utilizando pruebas de heces o exámenes visuales del colon y recto. Las pruebas deben continuar hasta los 75 años para personas en buen estado de salud. A partir de los 76 años, la decisión dependerá del estado de salud y preferencias. A partir de los 85 años, ya no sería necesario realizarse las pruebas, salvo por indicación médica.
Pruebas disponibles:
Pruebas de heces: prueba inmunoquímica fecal (FIT), prueba de sangre oculta en heces (gFOBT), y prueba multidirigida de ADN en heces (MT-sDNA).
Exámenes visuales: colonoscopia, colonografía CT, sigmoidoscopia flexible.
Para personas con alto o mayor riesgo: Las pruebas deben comenzar antes de los 45 años o con mayor frecuencia, dependiendo de factores de riesgo como antecedentes familiares de cáncer colorrectal, enfermedades inflamatorias intestinales o ciertos síndromes genéticos. Las personas con mayor riesgo requieren una vigilancia más intensiva y específica, como colonoscopias a edades tempranas y más frecuentes.
Factores de alto riesgo: Incluyen antecedentes familiares de cáncer colorrectal, pólipos, cáncer previo, radiación en abdomen o pelvis, y enfermedades inflamatorias intestinales. Las pruebas deben adaptarse según el tipo de riesgo.
Síntomas:
Síntomas Cáncer colorrectal
Cambios en los hábitos intestinales como diarrea, estreñimiento o heces más delgadas.
Sensación persistente de necesidad de evacuar después de ir al baño.
Sangrado rectal o sangre en las heces, que puede hacerlas de color oscuro o negro.
Dolor abdominal o cólicos.
Debilidad y cansancio.
Pérdida inexplicable de peso.
Síntomas cáncer avanzado
Agrandamiento del hígado
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y ojos)
Dificultad para respirar debido a la propagación a los pulmones.
Es importante destacar que muchos de estos síntomas también pueden ser causados por otras afecciones, por lo que se debe consultar al médico para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.

Tratamientos
Tratamientos locales
Cirugía:
Colon: Incluye polipectomía (tumores pequeños) y colectomía (extirpación parcial o total del colon). Puede ser abierta o laparoscópica, con recuperación más rápida en esta última. En casos avanzados, se pueden realizar colostomías temporales o permanentes.
Recto: Procedimientos adaptados según el tumor, como resección anterior baja o proctectomía. A veces se combina con quimio o radioterapia.
Ablación y embolización:
Ablación: Destruye tumores pequeños con técnicas como radiofrecuencia, microondas, crioterapia o alcohol.
Embolización: Bloquea el flujo sanguíneo al tumor con métodos como TACE o radioembolización.
Radioterapia:
Emplea rayos de alta energía para destruir células cancerosas. Es común en cáncer de recto, usado antes o después de la cirugía o para tratar metástasis.
Tratamientos sistémicos
Quimioterapia: Utiliza medicamentos para eliminar células cancerosas en todo el cuerpo. Se aplica como tratamiento adyuvante, neoadyuvante o para cáncer avanzado.
Terapia dirigida: Actúa sobre mutaciones específicas del tumor (VEGF, EGFR, HER2, BRAF, entre otras).
Inmunoterapia: Estimula el sistema inmune para atacar células cancerosas en casos con alteraciones genéticas específicas (MSI-H o MMR).
Factores hereditarios
Alrededor del 5% de los casos se deben a mutaciones genéticas heredadas. Los principales síndromes son:
Síndrome de Lynch: el más común, asociado a un riesgo del 50% de cáncer colorrectal, además de cáncer de endometrio y otros órganos.
Poliposis adenomatosa familiar (FAP): provoca cientos de pólipos desde la adolescencia; sin tratamiento, casi siempre genera cáncer antes de los 40 años.
Otros síndromes: Peutz-Jeghers, poliposis asociada a MUTYH y fibrosis quística, también aumentan el riesgo.
Detectar estos síndromes permite prevención y diagnósticos tempranos mediante pruebas específicas.
Números en Chile
NÚMERO | RANKING | PROP (X 100.000) | |
---|---|---|---|
NUEVOS CASOS | 6.778 | 2 | N/A |
MUERTE | 3.330 | 3 | N/A |
PREVALENCIA (5 AÑOS) | 20.588 | N/A | 107.0 |
*Global Cancer Observatory, 2022
- El Chile, el cáncer colorrectal es el tumor digestivo que más ha aumentado en incidencia.
- Entre 2000 y 2016 la tasa anual de mortalidad aumentó más de un 20%.
- La tasa anual de mortalidad es mayor en la Región del Maule y la Región de Aysén que en el promedio nacional.